miércoles, 29 de mayo de 2013

La transplantadita

Me gusta pensar que soy el botón de muestra y no la excepción de la regla

El año que viene cumplo 50 años. Todavía no fué mi cumple número  49, pero me obsesionan los 50. Y no tiene nada que ver con crecer, envejecer, lo que fué y ya no será, ni nada de eso... Tiene que ver con un aniversario mucho más importante: cuando llegue a cumplir 50 voy a cumplir 20 de sobrevida, 20 desafiando a lo que se esperaba de mí cuando estuve enferma, 20 de atreverme a ser como todos los demás y vivir como si el tiempo fuera eterno, 20 de aceptar por fin que podía tener una familia, 20 de poder decidir dejar cosas pendientes y retomar los pendientes que había dejado por "falta de tiempo", por miedo a que no alcance el tiempo...
Por eso, como hoy es 30 de Mayo, y una vez más se festeja  el Dia Nacional de la Donación de Órganos me dedico un momento a recordar con amor a la gente que hizo posible todo eso para mí: la familia que donó los órganos de su hijo amado para que yo (y otros que esperaban como yo) tuviera una oportunidad y  los médicos que aman lo que hacen y pelean día a día por que su trabajo llegue a tiempo a los que todavía esperan. Cuando me transplantaron el hígado aprendí muchas cosas: la primera y la más importante es que más allá de todo lo que digan de la humanidad los noticieros día a día, la raza humana es capaz del amor más incondicional y de la solidaridad más desinteresada cuando una persona adulta decide donar sus órganos y cuando su familia respeta esta decisión, aún en medio del dolor de perder a su ser amado.
Hoy, como todos los años desde hace 16 años, me voy a dedicar a festejar el cumpleaños de mi hijo mayor quien con su nacimiento fue la pauta justa de mi salud y quien nos empezó a definir como familia. Hoy seguramente voy a llorar de felicidad y sin pudor cuando hable del milagro de MIS HIJOS (así en plural), del amor compartido con mi pareja y con los amigos que supieron estar siempre que los necesité, del orgullo de portar canas sin tapujos porque me recuerdan  que tengo tiempo (y la posibilidad) de  llegar a sabia a fuerza de ensayo y error: ni más ni menos que como la mayoría de la gente.
Y  hoy, una vez más, voy a obligar a mis conocidos, amigos, familia y allegados (y algún que otro incauto que ande por ahí desprevenido y se choque conmigo) a pensar sobre la importancia de este acto de amor, sobre lo que queremos para nosotros si nos llega a tocar la instancia única y extraña de llegar a ser "donante apto", sobre la posibilidad de estar del lado "del que recibe" como me pasó a mí.
  Porque, como escribí al principio, soy un botón de muestra. 

viernes, 1 de marzo de 2013

Teoria Develada



Hoy pasaré a dar mi teoría  a cerca del motivo por el cual a las mujeres nos duele siempre (y tanto) la cabeza y sus zonas aledañas (cuello, hombros, espalda...).

En principio voy a pedir que cada una de nosotras nos observemos en el día a día y vamos a encontrarnos que es muy raro el momento en el que no estamos ocupándonos de dos o tres cosas al mismo tiempo: si estamos con amigas controlamos a distancia las ocupaciones de los chicos, o seguimos atendiendo llamados de trabajo, o le pasamos a nuestras parejas la lista de las compras o el lugar secreto donde guardamos las camisas...

Si estamos ocupándonos de nuestros hijos, ya sea porque nos toca un momento de placer con los mismos o porque hay que trasladarlos de una a otra de sus actividades diarias vamos haciendo listas de cosas pendientes y por supuesto algún llamado de trabajo nos entra o nuestra pareja nos llama desolada porque llegó a la casa primero y no soporta estar sólo en su propio hogar... Osea, nuestra cabeza está SIEMPRE ocupada y NUNCA O CASI NUNCA de cosas agradables o relajantes. Si eso solo no te la parte en mil pedazos tenés un primer nivel completado para llegar a Mujer Maravilla.

Pero todo esto no nos basta, qué va...! Además cargamos a lo largo de nuestra vida, desde el primer momento que salimos de nuestras casas a la más tierna edad para ir al Jardín de Infantes hermosas y pesadas carteras que deberían ser valijas pues el kit básico de enseres necesarios a ser cargados sobrepasa la fuerza de más de un Titán que nos sobrepasa en tamaño y fuerza. Que estoy exagerando? Acá va la lista:

De niñas: Pañuelos de papel, rollito de papel higiénico, algún humectante de labios porque a más de una se nos parten ante el primer cambio de temperatura, botellita de agua, algún tentempié sano para no comer basura por la calle y ahora, con las nuevas bacterias y paranoias: botellita de alcohol en gel...

De adolescentes y jóvenes: A todo lo nombrado se le suma un “necesere” con protectores diarios, tampones, maquillaje básico y toallitas demaquillantes, y para las más andariegas y precavidas una muda de ropa interior por si dormimos fuera de casa. Al ser autónomas también cargamos con billetera con plata, documentos, tarjetas varias, el celular (que según lo smart que sea varía su peso o le agrega el peso de una tablet y/o un ipod o equipo de música portátil para que la música nos acompañe y nos relaje el día) y las llaves que pueden ser un manojo inentendible y pesado que siempre se pierde al fondo del bolso. Para las que estudian agreguen los libros y apuntes y para las que no nos resignamos a los tiempos muertos de los viajes agreguen algún libro que nos acompañe.

Para las madres: Quizá los libros desaparezcan de nuestras carteras pero agregamos pañales, toallitas limpiadoras,  toallitas quitamanchas (tan prácticas para deshacer los “vuelcos” de niños pequeños y medianos!), nuestra muda de ropa es reemplazada por la muda de ropa para nuestro/s vástago/s, mamadera, vasito o cartón de jugo a medida que crecen y galletitas o similares porque siempre tienen hambre en la calle... Las más permisivas solemos llevar hasta juguetes en la cartera por si los niños se aburren en alguna espera o viaje que tengan que hacer junto a mamá.

Las maduritas: los chicos ya no nos acompañan pero las que son abuelas muchas veces cargan con golosinas para cuando se los encuentran, las desmemoriadas y fanáticas vuelven a cargar una agenda con millones de datos que no siempre necesitan pero “por las dudas” y siempre, siempre llevan un saquito con ellas pues los cambios de clima de los tiempos que corren se les hacen menos llevaderos que cuando eran más jóvenes. Si miramos las carteras de nuestras madres nos damos cuenta que son muy pocas las cosas que han dejado de meterle en comparación a las que han agregado. Con los años nos podemos poner “mañosas” y cada salida a la calle que dure más de una hora puede necesitar de una cuasi mudanza...

Señoras y Señoritas, queridas amigas, las invito a pesar sus carteras en cualquier farmacia amiga y verán las verdades de mis razonamientos y una vez hecho no dejemos de lado que muchas veces “en el camino y para ir ahorrando tiempo” nos vamos cargando de distintas bolsas de compras que hacemos para llegar a casa con “las compras hechas” no tener que hacer un recorrido especial para hacerlas más tarde. La que está libre de este peso que tire la primera piedra, las invito a revisar sus bolsos y carteras y tratar de refutar mi teoría. Aceptemos con orgullo o resignación que los traumátologos y actividades afines se han desarrollado a partir de nuestra modernidad, nuestra “liberación” y nuestra “igualdad de derechos” con los hombres, que no entiendo cómo hacen, pero con sus bolsillos se arreglan para llevar lo necesario para  enfrentar la vida.

Vaca Sagrada


lunes, 18 de febrero de 2013

Y a veces también cocino...

Aunque no lo crean, esto me sabe a mar y sol del Brasil Norteño

 Quiero dedicarle esta entrada a la mamá de mi amiga D.G., que está "cachuza", y me hizo tomar conciencia de mi "adicción a fotografiar antes de la comilona" cuando le quité la tapa a su tupper de brigadeiros antes de que desaparezcan en manos de los niños (y los grandes) invitados al cumple de su nieto..Abrimos con esa foto, espero se la muestren

Voy a admitirlo de una vez por todas y después soportaré lo que venga: SOY POCHITA MORFONI REDIVIVA! (para los que no hayan tenido un abuelo lector de historietas, como yo, googleen "Pochita Morfoni" y van a ver...)  Se que muchos de nosotros fuimos críados por hijos o nietos de inmigrantes que después de pasar por guerras y persecuciones varias valoraban la comida como si hubieran reencontrado a Pan y Baco en estas tierras; lejos de tratar de intelectualizarlo y dejar de lado la situación, hice de la misma un culto real. Para dejar muestra fehaciente de lo que digo voy a dar testimonio fotográfico de mi obsesión, que llegó al punto tal de pedir que no coman hasta que no fotografío el menú si el mismo es fruto de mi desvelo o la mejor sorpresa del día.
Las manos son anecdóticas, lo esencial es el asado
De mis amigos varones amo su capacidad para hacer un buen asado en cuanto pinta el hueco de tiempo.No hay nada mejor que recibir un mensaje preguntando: "Nos juntamos a  comer un asado?" Para muestra baste un botón....

Amo estas pizzas!
Tengo algunas amigas mujeres muy buenas cocineras, a las que les haría todos los mandados del mundo de ser necesario para ser invitada  a comer, y que encuentran en mi una lavadora de platos incansable después de un menú delicioso.  
 Por si eso no alcanzara, debo confesar que soy asidua lectora de blogs de comidas, que en mi twitter sigo a unos cuantos sibaritas (sólo por ese motivo), que arrastro a mi hijo menor (que es el único que más o menos me da bola con esta "pasión") a barrios étnicos, ferias gastronómicas y lugares remotos para probar un 
México a mi manera
determinado plato, o el helado más rico y que muchas veces mis planes de fin de semana son comer tal o cual cosa en tal o cual lugar más que ver una película, visitar una exposición o alguna otra actividad social... Creo que no tengo cura y tampoco la quiero tener!
Lo malo en toda esta locura comilona es que a mi, en lo personal, no me gusta nada, NADA cocinar (o quizá es lo bueno y eso me evita llegar al tamaño de la madre de "A quién ama Gilbert Grape?") y mi familia se vive quejando de esa situación porque parece que cuando estoy inspirada, realmente inspirada me sale muy rico también. Pero bueno, nadie es perfecto...

Terminamos con una ensaladita?

Vaca Sagrada



miércoles, 6 de febrero de 2013

Historia de Verano

Cuando era chica mi reino veraniego pasaba por la Pelopincho que se armaba en la casa de mi abuela, TODO EL TIEMPO que no estaba leyendo o comiendo estaba en la pileta y siempre me parecía poco, siempre salía con los dedos arrugados y blancos de tanta agua...
En ese entonces la pile la armaba mi viejo (algunas pocas funciones de padre cumplía) apenas terminaban las clases y la desarmaba con el inicio de las mismas bien sequita y entalcada. Como éramos los chicos quienes la usábamos, sobre los mismos chicos caía la responsabilidad de su "limpieza y mantenimiento" todo el verano, así que, supervisados por algún adulto cada 3 o 4 semanas se vaciaba la pileta bien tarde (para aprovechar hasta el último minuto de sol) y se limpiaba con cepillo y detergente, se enjuagaba y se volvía a llenar para tenerla lista al otro día...
El tiempo pasó, los chicos crecimos y la Pelopincho pasó a mejor vida por falta de uso hasta que tuve mis propios hijos y terraza disponible para una nueva Pelopincho. No sé si hace falta caer en la redundancia de decir que los tiempos cambiaron, pero, los tiempos cambiaron. Ahora los chicos ni en pedo se ocupan de la limpieza y mantenimiento de su pileta y aunque quisieran hacerlo es una tarea titánica que nos lleva por lo menos un par de horas largas. Hasta hace poco teníamos que cambiar con pesar el agua de nuestra pileta cada semana y limpiarla con los productos más "corrosivos" que encontrábamos puesto que el agua se volvía verde y se pegaba a las paredes y el suelo de la misma una pátina que antes existía  en los cordones de las veredas descuidados y ahora sólo en nuestra pileta. Así que la limpieza constaba de "descostre", limpieza y desinfección por las dudas (porque no sabíamos que rayos era esa porquería que persistía en crecer en el agua donde pretendíamos refrescar a nuestros hijos y algún ocasional amigo...
Harta de la situación decidí investigar en Internet (yo no sé cómo hice para vivir antes de ella) y encontré la solución. Para que el agua de la Pelopincho de mis hijos se vea, huela  y dure como el agua de mi Pelopincho infantil debo: 1) Limpiarla con algún producto que tenga lavandina 2) Una vez llena agregarle al agua cloro en las cantidades correspondientes a la cantidad de agua que lleve la misma (aprox una taza cada 1000 litros) y 3) Durante la primer noche (esto es para que nadie use la pileta por lo menos 10 horas) hay que agregar un alguicida bactericida especial para piletas de lona/plástico (100cm3 cada 1000 litros)...
Laburo de chino, pero con esto logre que el agua sea agua y no una pátina verde infecta...
Hoy fue mi segunda vez de hacer este proceso y estoy muy contenta por los resultados salvo por un pequeño detalle: QUÉ LE PASÓ AL AGUA QUE HAY QUE AGREGARLE TANTAS COSAS PARA QUE SIGA PARECIENDO AGUA? Las posibles respuestas me suenan a película china de terror, las posibles respuestas me tienen al borde de la ecología radical...

miércoles, 30 de enero de 2013

Django Unchained


Como buena entusiasta del cine pulp y seguidora del Sr. Tarantino, ayer fui a ver una Avant Premier de la película mencionada, no se preocupen,  pues no voy a hablar de la misma ni a contar nada que pueda "molestar" a quienes les gusta entrar al cine vírgenes de comentarios. Este "cortito y al píe" sólo va a hablar de mi nueva obsesión másculina: Jamie Fox.
Desde la primer escena en la que aparece con su cuerpazo lleno de latigazos y libre de camisa me dije a mi misma "qué muchacho interesante! De dónde habrá salido?" Casi incapaz de concentrarme en el relato hasta que tuvieron a bien cubrirlo y disimularlo con un montón de otros actores que también hacían de esclavos. De ahí en más la peli transcurrió amenamente hasta que un giro en la historia lo lleva a "vestirse de vaquero" (no sé si ese estilo tendrá otro nombre pero cuando vean la escena van a entender perfectamente a cuál me refiero) y estuve varios minutos cavilando sobre estadísticas: dónde hay más posibilidades de encontrar un vaquero más o menos así? En un recital de música folk, tomando clases de equitación o aprendiendo a bailar camperano? No logré decidirme...
Pero la escenita que me quitó el sueño (bueno, es una exageración porque ahora que estoy empastillada ya nadie me lo quita ) es en la que el muchacho (antes de publicar esto me aseguré que sea mayor de edad...Sorpresa! Tiene la edad correcta para darle sin  sentirnos viejas verdes! Según WP nació en 1967) aparece en traje de Adán y colgando cabeza abajo. Juro que no me paré en la sala y aplaudí por dos motivos muy puntuales: 1) Mi Señor esposo estaba sentado a mi diestra, y no es cosa de de hacerlo sentir menospreciado cuando no corresponde (por suerte, porque me casé con el primero que ví y no tenía en ese entonces punto de comparación) y 2) Era una escena muy dramática y me dió vergüenza quedar como una desubicada si ninguna otra fémina se hacía eco de mi admiración...
Como prometí en el primer párrafo, este comentario es cortito y al pié pero quiero dejar una petición antes de terminarlo: Señoras, Señoritas y por qué no Señoritos que gusten; vean por favor Django Unchained. Presten atención y ayúdenme a resolver si lo visto en esta última escena es naturaleza, efecto especial creado por computación o gravedad actuandosobre el flujo sanguíneo debido a la posición... Se agradeceran los comentarios y el debate.
Por si a alguien le interesa acá va un link donde mencionan todas las películas de mi nuevo Sex Simbol. http://www.lahiguera.net/cinemania/actores/jamie_foxx/peliculas.php,algunas las he visto y no lo recordaba con lo que puedo confirmar, como muchas veces se dice, "El director correcto hace que los actores se luzcan". Y Tarantino ha sacado LO MEJOR de nuestro Jamie, doy mi palabra!

martes, 22 de enero de 2013

Todo lo que aprendí cuando me quedé sin Servicio de Ayuda Doméstica




Desde que volví a casa con mi primer hijo en brazos mi marido, que es un intuitivo y supo que la cosa se iba a desmadrar rápidamente, me digo: “Y si buscamos a alguien para que ayude con la casa?”  “Un par de días por semana, para que haga lo más pesado y mantengamos el orden”. Desde ese mágico momento hasta hace unos 3 meses siempre mantuvimos a “ese alguien” que nos ayudó en casa. Fue cambiando, sin duda, el trabajo más pesado de mi casa no es fácil de hacer y yo no soy fácil como empleadora (me cuesta mucho dejar que gente que no conozco entre a mi casa, me cuesta mucho dar órdenes, me cuesta mucho poner límites...).
La cuestión es, que con todo ese bagaje de “me cuesta mucho”, hace unos 3 meses C. -mi limpiadora profesional de vidrios, muebles y demases- consiguió un trabajo que aglutinó en tiempo y dinero los muchos que venía haciendo en distintas casas y me abandonó. Como todavía no encontré quien la reemplace, este tiempo ha sido de un intenso aprendizaje  que hoy comparto con afán de ser útil a quien pueda, el día de mañana, estar en mi misma situación.
Acá van mis tips:
-         Lo mejor para limpiar los sillones de eco cuero blanco es la lavandina en gel, nada de limpia muebles, ni limpiadores de cuero ni ninguna de esas mariconadas. Un trapo húmedo y lavandina en gel es lo único que quita el roce continuo de mis hijos y el perro de los sillones. Si todavía no poseen sillones de eco cuero lo mejor es no darle bola al marido y comprarlos en color negro o chocolate (como me dijo el instinto al que ignoré)
-         Las arañas existen, y como en “Charlotte´s Web”, tejen todos los días aunque no nos dejen ningún mágico mensaje. Si ustedes son de las mías y no miran mucho hacia arriba (salvo que se encuentren bajo un cielo estrellado) en un par de semanas podrán disfrutar de una hermosa y muy natural decoración de Halloween en sus hogares. Lo prometo!
-         Mi perro mancha,  y no hablo solamente de las veces que llueve y se va a la terraza a escarbar macetas para volver embarrado o su más reciente “hobby” de subirse a la parrilla después de los asados y quedar como Rambo, no. No! Mi perro (que está loco como un chivo) tiene la costumbre de frotarse contra las paredes y los pisos  y dejarles hermosas manchas de su grasa corporal natural así que hay que limpiar las mismas por lo menos una vez por semana con Cif (juro que probé varios limpiadores y hasta que C. no se fue no tenía conocimiento del hecho!).
-         La aspiradora no aspira si tiene la bolsa llena. Y esto lo aprendí de la manera más humillante cuando la llevé al técnico del barrio para que la arregle. Además, comprar bolsas nuevas es mucho más barato que comprar aspiradora nueva (y casi me doy vergüenza propia)...
-         Mi marido salpica, antes de que alguna cabeza afiebrada piense mal aclaro que estoy hablando de pintura. Después de varios años de dedicarse a dibujar con medios digitales mi marido quiso volver a pintar; así que, para el Día del Padre le regalamos lo necesario. Se instaló en un rincón del living-comedor, cerca de la biblioteca  y disfrutó de reencontrarse con los pinceles... De qué me vengo a enterar de repente hace unos 3 meses? Que las pinceladas pueden “salpicar” el piso, y por supuesto hay que fregarlo con el lampazo si uno no quiere convivir con las manchas multicolores.
-         Por último, pero no menos importante, no sé si las cucarachas dominarán al mundo pero nos van a sobrevivir a todos. Yo ya lo sospechaba pero tener que encargarme de renovar cebos y venenos varios me lo terminó de confirmar. Ojalá no tengan memoria porque sino van a dedicarse a exterminar mi progenie!

Vaca Sagrada

viernes, 18 de enero de 2013

El Primo Harry Potter

El Primo Harry Potter



Cuántos adultos mayores de 35 años se animan a admitir que Harry Potter les cambió la vida? Tengamos en cuenta, sin ser arbitrarios, que los que estamos por arriba de esa edad ya teníamos más de 15 cuando en 1997 se publicó el primer libro en en Inglaterra l y ya estábamos en los 18 cuando se editó por primera vez en nuestro país. De ninguna manera digo que no lo haya leído nadie mayor de esa edad pero no todos tienen la valentía de aclamarlo públicamente.
Con todo esto por delante ahora paso a informar lo que venían temiendo: LEER HARRY POTTER ME CAMBIÓ LA VIDA !  En realidad la movida empezó un poco antes  pues el pionero de la casa fue mi hijo mayor cuando a los 8 años, harto de ser tratado “como un chiquito” decidió que nuestras lecturas nocturnas antes de dormirse pasaban a ser sus lecturas nocturnas y sus primos mayores intervinieron en la movida prestando el mencionado primer libro de la serie. 
Ese fue un momento mágico en mi vida como madre: estaba también  criando a mi segundo hijo y los rituales para dormir del primero siempre habían sido agotadores (pues significaban lectura, ángel de la “largua” – malditas abuelas que le enseñaron a rezar a mi pesar-, canciones varias después de apagada la luz y hasta largas conversaciones imposibles de parar so riesgo de ser llamados a la habitación varias veces o tener que aguantar recriminaciones y gritos varios sobre las malas condiciones que ofrecía su habitación para ayudarlo a conciliar el sueño), y esta nueva versión de mi hijo me permitía comenzar mi sueño en mi propia cama todas las noches...
De a poco me fui dando cuenta que las aventuras del pequeño mago eran para él lo que Julio Verne fue para mí a a su edad y lo deje hacer. A partir del tercer libro (Harry Potter y el prisionero de Azkaban) nos pidió a  comprarlo pues no quería tener que devolver los libros una vez acabados y nosotros accedimos casi sin pensarlo (un poco porque los libros nos pueden y otro porque nuestro hijo nos puede más). Y para los dos últimos (HP y el misterio del príncipe y HP y las reliquias de la muerte) nos encontramos haciendo filas de horas en las grandes cadenas de librerías para tener su ejemplar el mismo día que salía a la venta
Como no todos los niños son iguales, cuando mi hijo menor entró en los 7 años no pidió  leer Harry Potter sino que pidió que yo se lo lea de a capítulos por las noches; por supuesto que para ese entonces había tenido contacto con cinco de las  ocho películas y a pesar de que me habían resultado divertidas me dije a mi misma que me esperaba una tarea titánica y tenía mis esperanzas puestas en que la petición no pasase de los dos primeros libros... Pero la cosa no fue así,  y para el cuarto ya estaba totalmente enganchada con la lectura y no dejaba que se nos pase una sola noche sin cumplir nuestro ritual.
Qué fue lo que me pasó? La historia era fascinante, llena de matices, montones de personajes divertidos, amables, sabios, ridículos y terriblemente odiosos... No sólo me permitió hablar con mi hijo menor sobre un montón de situaciones sobre la amistad, la aceptación de los demás y las opciones que debemos tomar en la vida sino que cada noche por unos minutos yo DISFRUTABA leyendo sin considerarlo una tarea meramente intelectual. Me devolvió el asombro de leer un libro sin pensar a quien se lo iba a recomendar después o que tanto motivo de conversación y debate me iba a proporcionar en las reuniones con amigos. De la misma manera maldecimos, términos, nos alegramos y lloramos con los distintos giros de las historias.
También a partir de allí nuestro mundo cotidiano y el de Harry pasaron a ser una mismo en dos planos distintos; era muy natural tener charlas sobre los personajes y encontrar referencias sobre Hogwarts y sus ocupantes en el día a día. Esperábamos cada capítulo como si fuera la carta de un primo que estaba viviendo lejos y nos contaba sus aventuras (y desventuras). Cuando HP se terminó le siguieron otros muchos: pudimos compartir a Bastian, a Percy Jackson, a Katniss y Peeta y no descarto que todos esos personajes lo lleven hasta  los Bolsón... Pero debo admitir una última cosa: desde Peter Pan en mi más tierna infancia nadie de papel y tinta me provocó tanto amor como Harry Potter y sus amigos... Por eso leerlo me cambió la vida.
Vaca Sagrada